Tradicionalmente, un capellán es un ministro religioso —como un pastor, sacerdote, rabino, imán o un laico autorizado— que presta servicios espirituales en una institución secular, como un hospital, una cárcel, una unidad militar o policial, una universidad o incluso una empresa privada.

Aunque el término «capellán» se originó para referirse a representantes de la fe cristiana, hoy en día se aplica también a personas de otras religiones y tradiciones filosóficas. Un ejemplo de ello son los capellanes humanistas que sirven en las fuerzas armadas de países como los Países Bajos, Bélgica y Canadá.

En Estados Unidos, aún existe controversia respecto a la inclusión de capellanes de corrientes no religiosas. No obstante, el rol de la capellanía se ha ido ampliando, y actualmente muchos laicos reciben formación profesional para ejercer como capellanes en prisiones, hospitales, universidades, escuelas y otros entornos, trabajando junto a miembros del clero o incluso en su lugar.

Asimismo, ha cobrado fuerza el modelo de capellanía «genérica» o «multidenominacional», especialmente en contextos hospitalarios y educativos, donde se busca brindar apoyo espiritual a personas de diferentes creencias y trasfondos.