La Capellanía en tiempos de crisis: Presencia espiritual donde más se necesita

Cuando todo se derrumba, cuando hay dolor, miedo o pérdida, una figura silenciosa aparece para ofrecer consuelo: el capellán.
Su presencia no siempre es anunciada, pero es profundamente valorada. En tiempos de crisis, su labor es vital.

Capellanes en hospitales y desastres:
Durante la pandemia del COVID-19, muchos capellanes estuvieron al lado de los enfermos, de los médicos y del personal agotado. Su labor fue un bálsamo espiritual en medio del caos.

En tragedias naturales o comunitarias:
Incendios, accidentes, homicidios, suicidios… en estas tragedias, los capellanes se convierten en puentes entre el dolor humano y la esperanza divina.

En escuelas y universidades:
La salud mental de los jóvenes es un desafío actual. Los capellanes escolares escuchan, orientan y ayudan a prevenir crisis mayores.

Preparación para responder con sabiduría:
En SAICAF formamos capellanes no solo para acompañar con oración, sino también con conocimiento, empatía y herramientas éticas y psicológicas. Un buen capellán sabe cuándo hablar, cuándo callar, y cómo actuar.

Conclusión:
El mundo necesita capellanes. Personas que lleven paz donde hay guerra emocional, luz donde hay oscuridad, y fe donde reina el miedo.

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